No está trucado.¡Hacía frío! |
La verdad es que el día anterior salí con el señor Thor y pasé calorcillo, así que tomé referencia errónea del tiempo sin tener en cuenta la diferencia de altura, menos mal que a pesar de todo llevaba algo de abrigo. El caso es que cuando llegue al Puerto ya me di cuenta de que lo de subir en camiseta iba a ser que no, así pues abrir mochila y sacar abrigo. Una vez listo, p'arriba. La verdad es que estaba un poco oxidado, pues aparte del error atmosférico, empecé la subida a La Bola, por el camino que no deseaba, y así hice escala en el Risco de los Emburriaderos. Como de todas formas tenía previsto hacer unas fotos desde allí, a la bajada, pues invertí el orden. La verdad es que la vista que hay es esplendida, pero para mi gusto sería mejor sin las cuatro púas que aparecen...
Parece un peine desdentado |
Lo siento pero es que a mí eso de tanto ladrillo me rechina un poco, pero bueno, miraré para otro lado, por donde no aparezcan las torres florentinas.
El caso es que después de disfrutar un poco del paisaje y de pelear bastante con el viento que hacía, continué para arriba. Lo que no entiendo es a la gente que me encontraba en chandall y poco más, pues como ya he dicho a parte de la baja temperatura, hacia un aire, para ventilar alfombras, y en algunos momentos se borraba la meta.
Me quedé algo sorprendido, pues se metieron las nubes y como se puede ver tapaban las antenas del repetidor, vamos que eran un poco espesas. esa es otra de las cosas que mucha gente no se cree, aquí el tiempo puede cambiar de forma bastante bruscas y puedes llevarte algún disgusto. ¡Ojo con esto!
El caso es que al llegar al telesilla ya pisabas nieve, una vez pasados unos metros, la calzada estaba limpia otra vez pero más arriba ya era más espesa y extensa la capa de nieve, para no pisarla había que desviarse de la calzada y subir por la izquierda de la misma, a través del pedregal que hay. La pena es que con las condiciones ambientales que había, no era un día para estar mucho tiempo arriba, lo justo para buscar un poco de refugio del viento en la cara sur, entre las piedras y arbustos, comer el bocata y dar vuelta para abajo, pues las nubes no cesaban y el aire no daba tregua. Otro día será mas tranquilo.