domingo, 8 de febrero de 2015

No pudo ser

     Bueno, en otra ocasión será. Hoy desde luego no fue posible. Quería estrenar mis nuevas raquetas y pensé que subir a La Bola seria un buen plan. Estuve mirando la previsión del tiempo en la página de AEMET desde varios días antes, todo ok, llevábamos toda la semana con buen tiempo, a partir del jueves se estropearía, pero el cambio era a partir de las 15 h. A partir de ese momento, daban lluvia, pero calculé que a esa hora estaría ya de vuelta, así pues por la mañana tiempo despejado.
     Pues no, nada de eso, tiempo infernal. Las nubes metidas en la montaña, temperatura de 0° C en el puerto y un viento terrible con rachas de 100, si, 100km/h, que me tiraron en un par de ocasiones. Resultado, según subía, con mil ojos, el sudor que salía por el elastico del guante, se congelaba, y la manga del anorak, blanca de escarcha. Según se movian las nubes, había momentos en que no se veia a 20 metros. La verdad es que nunca había sufrido unas condiciones tan feas, ni con los -14°C que llegué a probar en el puerto de Pajares. El caso es que una vez llegué a la pista, tras iniciar el ascenso por el camino de tierra, paré a beber, y en la maniobra perdí un guante. Intenté cogerlo, pero cuando empezó a rodar ladera abajo, lo dí por perdido. En ese momento vi el tema un poco serio, la mano desnuda con esas condiciones, no me parecieron dos cosas que combinaran bien. Menos mal que llevaba un par de guantes polares finos, y así, con los dos guantes en la misma mano, regresé.
Habrá que intentarlo en otra ocasión, y espero disfrutar otra vez, porque a pesar de todo, disfruté de la mañana.