Hace mucho tiempo que mis hobbies han dejado de ser una parte de mi vida. Diferentes acontecimientos han paralizado esa parte que tanto me gusta, y lamentablemente, de momento no puedo pataer la sierra como me gustaría, de hecho en la pandemia cambié mis raquetas de nieve y aún no he podido estrenarlas, no pierdo la esperanza y espero que este invierno sea el del reencuentro con la nieve y las alturas. Por otro lado, por fín, he empezado a realizar otro que tenía rondando por la cabeza, el submarinismo.
Es cierto que tampoco el resultado es el previsto en un principio, pues los planes pasaban por practicarlo más a menudo, pero la realidad me lleva a tener pocas ocasiones de hacerlo, aún así lo disfruto con mucha intensidad cuando puedo hacerlo.
Las sensacionse son totalmente distintas a cuando ando por las alturas,. La sensación de libertad, de que no hay nada que altere, porque los ruidos, el estres, las prisas... Todo queda fuera del agua. La ingravided te atrapa y se convierte en una comodidad extrema. Pero vamos por partes.
Como digo, me rondaba hace tiempo por la cabeza la idea de hacer un curso de buceo. Siempre me ha gustado hacer lo que ahora se denomina snorkel, cada vez que iba a la playa, ponía a funcionar mis gafas,tubo y aletas para ver el fondo marino (a poca profundidad, eso sí) y ver los pececillos que se acercaban, siempre me parecía estar dentro de un acuario enorme y pensaba en poder bajar a más profundidad, recordando los documentales de la tele.
La diferencia grande con el senderismo, es que en la montaña los animales huyen de los humanos y tenemos que ser muy rápidos en reaccionar para poder verlos de forma fugaz. En cambio debajo del agua, los animales se muestran mucho más cercanos y confiados. Huyen, pero más despacio y se mantienen a una distancia en la que es posible admirarlos, y con paciencia y mucho mimo, poder llegar a interactuar con ellos. No obstante la regla de oro es, como siempre, no alterar el espacio natural, total respeto por el entorno y sus habitantes.
Como digo, es una actividad que tenía en mente desde hace mucho tiempo, y por fín, gracias a un regalo de mi familia, hice el curso de Buceo en Aguas Abiertas (Open Water de PADI) en el verano del 2021. Tras un problemilla con mis abdominales, (el neopreno que me corresponde por altura, no da para guardar mi bombón y eso me provocaba problemas estomacales) pude completar el curso, e ir cogiendo confianza poco a poco. Después de hacerlo, he repetido inmersiones, menos de las que me gustaría, en diferentes ocasiones y cada vez son más gratificantes. Este año ya bajé a 20 metros (siempre he hecho las inmersiones en la costa de Mazarrón y allí hay pocos sitios para bajar más de 10 - 15 metros), pero este año sí, pude bajar al límite que permite mi licencia y disfrutar de la experiencia de una forma más completa
Con todo, Sólo deseo poder repetir con más asiduidad esta actividad y compartirla aquí, por si alguien tiene cinco minutos y desea entretenerse leyendome.